En efectivo o con tarjeta? Esta es la pregunta que estamos acostumbrados a escuchar a la hora de pagar en un establecimiento. En algunos países, las cosas son distintas porque basta con sonreirle a una pantalla para comprar. Sin embargo, todo esto ya es parte del pasado; hoy puedes realizar pagos con las venas de la palma de tu mano.
En el mercado de soluciones de pago, los datos biométricos han ganado terreno como sistema de autenticación. A través del uso de la huella digital, la voz y el reconocimiento facial, las empresas están buscando resolver dos situaciones principales.
La primera es satisfacer las demandas de los consumidores y mejorar su experiencia de compra. De acuerdo con la consultora PwC, 73% de las personas dice que la experiencia es un factor importante en las decisiones de compra. De hecho, 43% pagaría más si ésta es positiva. Así que las transacciones rápidas y fáciles culminan en un cliente satisfecho.
La segunda situación está relacionada con la seguridad. En el mercado todavía existe un desafío: verificar que la persona que usa el método de pago realmente sea la autorizada para hacerlo. El problema es que cada vez que la industria fortalece sus procesos de autenticación, los estafadores encuentran la forma de sortearlos.
Ante este panorama, los pagos biométricos llegaron para resolver el problema. En lugar de recurrir al NIP o a una firma para verificar la identidad del consumidor, el cliente sólo necesita un movimiento de la palma de su mano para pagar, sin ser intrusivo o generar percances.
Ingenico ha logrado este avance, pues permite a los clientes mostrar la palma de la mano en un sensor de infrarrojo, por ejemplo al pagar en una tienda. De esta forma, las venas son leídas e inmediatamente se realiza el cobro, puesto que la información está ligada a los datos bancarios. Ya que los datos se encuentran encriptados, se garantiza la seguridad del sistema.
Tres ventajas de pagar con la palma de tu mano
- Rápido y conveniente. A todos nos ha tocado buscar, casi a ciegas, una tarjeta para pagar la cuenta, olvidarnos del NIP o tardarnos en desbloquear el celular para usar la billetera digital. Con el uso de las venas, basta con estirar el brazo, escanearlo y listo.
- Seguro. Entre la pérdida de las tarjetas o el robo de información digital, los datos bancarios de las personas están vulnerables. Lo que sucede con las venas es que siempre las traemos nosotros, así que son imposibles de replicar.
- Sin límites. Algunas tarjetas tienen un tope en los montos de transacciones como medida de seguridad para evitar fraudes. Con el pago biométrico, los límites no existen, ya que sólo el consumidor puede hacer el pago correspondiente.
Innovación en soluciones de pago
Considerando los factores anteriores, podemos darnos cuenta de la relevancia de seguir impulsando la innovación en lo que respecta a soluciones de pago. Si bien es cierto que la adopción de datos biométricos para realizar transacciones ha ido creciendo, la realidad es que todavía hay mucho camino por recorrer en lo que respecta a la implementación de este tipo de métodos.
Los clientes estarán exigiendo cada vez más practicidad en sus operaciones, mejores experiencias a la hora de pagar y, sobre todo, habrá una disminución constante del uso de efectivo. En este sentido, es necesario democratizar la información sobre los beneficios de los pagos biométricos, sobre todo porque se trata de una oportunidad más para aportar a las empresas y a la economía en general.
